Las palabras de Jesús sobre la riqueza: ¿un llamado a la humildad?

Desde hace siglos la riqueza ha sido un tema recurrente en la religión y la filosofía. ¿Es la riqueza un signo de bendición o una carga que debemos de llevar? ¿Es algo que debemos de aspirar o algo que debemos de rechazar? En el cristianismo las palabras de Jesús sobre la riqueza han sido objeto de interpretación y debate.

Índice
  1. ¿Qué dice Jesús de los ricos?
  2. ¿Qué significa todo esto?
  3. ¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida?
  4. Conclusión

¿Qué dice Jesús de los ricos?

Para entender la postura de Jesús sobre la riqueza es necesario revisar algunos de los pasajes más relevantes de los evangelios. Uno de ellos es el pasaje de Mateo 19:16-26 en el que Jesús habla con un joven rico que le pregunta qué debe hacer para tener vida eterna. Jesús le responde diciendo que debe seguir los mandamientos a lo que el joven dice que ya los sigue. Jesús entonces le dice que si quiere ser perfecto debe vender todas sus posesiones y dar el dinero a los pobres y luego seguirlo. El joven se entristece y se aleja porque tenía muchas posesiones.

Otro pasaje relevante es el de Lucas 12:13-21 en el que Jesús cuenta la parábola del rico insensato. En ella un hombre rico acumula riquezas sin preocuparse por los demás y Dios le dice que esa misma noche morirá y todo lo que ha acumulado quedará en manos de otros.

¿Qué significa todo esto?

La interpretación de estos pasajes ha sido objeto de mucha discusión. Algunos entienden que Jesús está llamando a la renuncia total de la riqueza mientras que otros entienden que se trata de un llamado a la humildad y la generosidad. En cualquier caso parece claro que Jesús no ve la riqueza como algo que debamos de perseguir por sí mismo sino como algo que debemos de utilizar para ayudar a los demás y para acercarnos a Dios.

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¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida?

La respuesta a esta pregunta dependerá de cada persona pero algunos principios generales pueden ser útiles. En primer lugar debemos de tener en cuenta que la riqueza no es un fin en sí mismo sino un medio para alcanzar otros fines como la felicidad y el bienestar de los demás. En segundo lugar debemos de ser conscientes de que la riqueza conlleva responsabilidades y que debemos de utilizarla de manera sabia y generosa. En tercer lugar debemos de tener en cuenta que la humildad y la generosidad son virtudes cristianas que debemos de cultivar en nuestra vida cotidiana.

Conclusión

En resumen las palabras de Jesús sobre la riqueza nos invitan a reflexionar sobre el papel que ésta debe de jugar en nuestra vida. No se trata de renunciar por completo a la riqueza sino de utilizarla de manera sabia y generosa para ayudar a los demás y acercarnos a Dios. La humildad y la generosidad son virtudes esenciales para cualquier cristiano independientemente de su situación económica.

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